lunes, 28 de mayo de 2012

“Llamados a ser Luz del Mundo”


Tomado de google imagenes


Como cristianos, nacidos de nuevo, tenemos el compromiso de ser diferentes, de proyectar la luz de Cristo en nuestras vidas.

Esto lo hacemos mediante el testimonio, una vida de verdadero arrepentimiento y de obediencia a Dios, de servicio y de amor  al prójimo y a Dios, de fe absoluta en  la palabra de Dios, sabiendo que todo lo podemos en él y compartiendo nuestra fe con otros en  todo momento, en dificultades como en alegrías, en tribulaciones como en éxitos, en pruebas como en gozo, en escases como en abundancia.

Ø Mateo 5:14  “Vosotros sois la luz del mundo; una cuidad asentada sobre un monte no se puede esconder.  Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.  Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.

Según el Diccionario de la Real academia española:

·       Luz: Forma de energía que, actuando sobre los ojos, nos hace ver lo que nos rodea.  Persona o cosa capaz de guiar e ilustrar: luz de la fe.  Utensilio para alumbrar, como una lámpara, vela.

·       Tiniebla: Oscuridad, falta de luz.  Confusión, suma ignorancia sobre algo.

Según el Diccionario bíblico:

·       Luz: Además de las referencias a la luz física como existente con independencia del sol, y emanando después del sol como gran lumbrera, este término se usa en las Escrituras de una manera muy destacada en sentido moral.  La luz de Dios es su palabra por la que se revela, y por la que no sólo revela los peligros que existen en esta escena, sino que además actúa como lámpara para mostrar el verdadero  camino.  Así como la luz natural da vigor y salud al cuerpo, así la luz de Dios da gozo y fortaleza al alma. «Dios es luz», y el Señor Jesús vino a la tierra como la luz verdadera que alumbra a todo hombre.  Los cristianos son  «luz en el Señor», y son exhortados a caminar como «hijos de luz».  En medio de las tinieblas tienen que resplandecer como luces en el mundo.  Sobre ellos descansa una grave responsabilidad, pues no deben empañar el brillo que debería caracterizarles como teniendo en sus corazones la luz de la gloria del Señor.

·       Tinieblas: Estado de la muerte comparado con la vida natural.  Tinieblas morales. El estado del hombre como consecuencia de la caída.  Todo lo que es excluido de Dios, u opuesto a Él, participa de las tinieblas morales.


¿Cómo resplandecer la luz de Cristo en nuestra vida?

a.-  Siguiendo lo bueno:

Ø 1 Tesalonicense 5:5,19  “Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas”  “Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos”.

b.-  Andando como hijos de luz:

Ø Efesios 5:8  “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz”.

c.-  Anunciando las virtudes de Jesús:

Ø 1 Pedro 2:9  “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para  que anunciéis las virtudes de aquel que os llamo de las tinieblas a su luz admirable”.

d.-  Compartiendo la palabra:

Ø Proverbios 15:30  “La luz de los ojos alegra el corazón, y la buena nueva conforta los huesos”.



El que no está en luz, anda en tinieblas y sus obras no son buenas:


Ø Juan 3:19-20  “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.  Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas”. 

Ø Mateo 6:23  “pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo está en tinieblas.  Así que, la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?”.



Conclusión:

Ø Juan 8:12  “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.

Ø Filipenses 2:5,15  “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo  Jesús” “Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo”.

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